1 + 1 = 2 = Tiburón Blanco.
Sustancias que nos llevan al reproche, la gota que colma el vaso, aunque sea una lágrima. Mis historias, de semidioses, de triunfos y semidesgracias que viven en las medias sonrisas del que no entiende y no cree querer entender.
Del nihilismo, sólo, que nada tiene sentido si no se lo das. No es justo, es objetivo.
Recuerdos, todo; nunca habrá dos cosas iguales, pero todo puede ser tan parecido que no tiene sentido ser un snob. And I wanna believe you, when you tell me it’ll be okay.
Sé que debería creérmelo, pero no, predicar con el ejemplo y tampoco. No sé que estoy perdido hasta que me encontráis, a veces de mierda hasta el cuello. Diré que lo siento, te guste o no. And I don’t wanna follow death and all of his friends. Así descubrí que la muerte lleva pantalones. Mi conciencia los lleva más ajustados.
Las ganas de rendirse, la polifonía textual. Yo siempre ando a medio camino entre la nostalgia (adoro esa palabra) y la carnalidad más explícita.
Marylin Monroe, tras firmar su primer contrato en Hollywood dijo que aquella era la última polla que chupaba. Daniela Blume, la semana pasada corroboró que los polvos ‘porque yo lo digo’ nunca son buenos. ¿Alguien quiere apuñalar al Karma conmigo?
Would you mind if I just sit down here and watch you dance that waltz?
