Defino la diferencia entre vivir y sobrevivir, triste y cierto.
Me necesitas, sin mi no hay juego.
Debería estar escribiendo una postal a alguien que se lo merece, pero estoy impedido. Recuerdo las sopas de letras, nunca decían nada, pero el cerebro es una gran sopa de mierdas, jugando malas pasadas a tiempo total.
No me grites, te oía mejor cuando no retumbaba el planeta.
Sé a qué juegas, naturalmente preparado para ganar. Y aquellos que no están contigo, son iguales que tú. Si fuéramos perros, todos seriamos de la misma raza.
Y nos oleríamos el culo sin miedo, qué hostias.
Poco más a destacar, el vómito mental de Amelie Poulain, hecho oraciones subordinadas entre ira y paranoia.
No merece la pena ni que parpadeé, el monopolio seguirá siendo tuyo.